
Mañana, sábado 27 de diciembre de 2025, a partir de las tres en punto de la tarde, por Horizonte Jazz FM, se transmitirá la última emisión de A Pie de Página. Tocará esta vez conversar con la fotógrafa Paulina Lavista sobre Farabeuf, el formidable experimento literario de Salvador Elizondo publicado hace 60 años, que nunca ha dejado de editarse y se relanza ahora en busca de los lectores de una nueva generación. Durante todas las semanas de poco más de 16 años he tenido el privilegio de conducir, escrupulosamente sin faltar a ninguna de ellas, el espacio de novedades editoriales del Instituto Mexicano de la Radio. Así, varios centenares de hombres y mujeres relacionados con el mundo del libro en el país pasaron por los micrófonos del programa, que se emitió por vez primera en noviembre de 2009, a invitación de quien era entonces directora del IMER, Ana Cecilia Terrazas. Deseo dar las más cumplidas gracias a los directores del Instituto, empezando por ella, por supuesto, que lo puso bajo mi responsabilidad, e incluyendo a Fernando Chamizo, quien encabeza actualmente al IMER, por la gran confianza que siempre depositaron en mi persona y la relación sin tacha que invariablemente mantuvimos durante todo ese tiempo; a los gerentes de Horizonte y de las emisoras a través de las cuales se retransmitió; a los productores del programa, los responsables de los controles técnicos y los administrativos que me han acompañado en la aventura, y especialmente, como no puede ser de otro modo, a las lectoras y los lectores que siguieron con interés las propuestas semanales del espacio radiofónico que concluye el día de mañana. Las más de 830 emisiones que hicimos durante más de tres lustros quedan como un testimonio de la intensa, de la riquísima, de la más que notoria actividad libresca de México, aun en tiempos tan difíciles para ella como los que, especialmente en los años recientes, nos ha tocado vivir. Más que un adiós, me gusta pensar que esta despedida es un hasta pronto. Como dice Lord Byron en uno de sus poemas más célebres, que nosotros leímos por vez primera en una de las preciosas Crónicas marcianas de Ray Bradbury, el corazón debe hacer una pausa para tomarse un respiro, y hasta el mismo amor debe descansar. Yo me tomo un descanso; hago una pausa con la esperanza de volver a los sugestivos y estimulantes ámbitos radiofónicos en una fecha no muy apartada del día de hoy.
