
Con diferencia de apenas unas semanas, dos poetas editores que no se conocen entre sí, los cuales ni siquiera han escuchado nunca el uno del otro, el primero de ellos desde Comalcalco (Tabasco) y el segundo desde Buenos Aires (Argentina), me escriben para manifestarme su interés en publicar un ensayo de Gerardo Deniz que no fue recogido en la magna edición de su prosa reunida. Aunque De marras, como se llama el volumen publicado en 2016 por el Fondo de Cultura Económica, apareció un año y medio después del fallecimiento de nuestro querido maestro, fue él en persona quien nos dictó los criterios generales para la confección de su índice, el cual terminó alcanzando las 850 páginas.

Cuando allá a mediados de 2014 repasábamos los materiales que serían incluidos (en este orden: primero, sus libros publicados; luego todo aquello que estaba disperso en suplementos y revistas; por último tres trabajos inéditos), a la hora de llegar a su ensayo sobre las fuentes de la poesía de Saint-John Perse, Almela me comunicó su decisión de dejarlo fuera.


El texto, que se llama “Curiosidades persianas” y fue publicado originalmente en mayo de 1994, en el número 210 de la revista Vuelta, es una exposición de algunas fuentes, detectadas por el propio Deniz, de la poesía de Perse —poesía famosa entre críticos e historiadores de la literatura precisamente por carecer de ellas… (De ahí el modo en que se anuncia en la portada de la revista de Octavio Paz.)

¿Sus razones para excluirlo de la reunión de su prosa? Los veinte años transcurridos desde la publicación del texto, tiempo que llevaba el poeta sin estar al tanto de lo averiguado y escrito sobre el asunto. A Deniz le pareció que las conclusiones a las que había arribado dos décadas antes, producto de dilatadas cavilaciones y lecturas, de seguro estarían ya superadas. Después de insistir infructuosamente todo lo que pude en la inclusión de un texto extraordinario por diversas razones (más allá de todo lo que dice sobre Perse, con su característica manera de exponer, concluir, dilucidar, sugerente siempre y siempre estimulante, “Curiosidades persianas” es una nueva invitación a conocer el modo en que piensa Deniz y construye sus propios poemas —y una oportunidad única para aquilatar la influencia que ejerció sobre él el gran poeta de lengua francesa), yo, lo confieso, una vez perdida la discusión, me alegré secretamente pensando en que llegaría el día en que podríamos volver a publicar ese ensayo con los honores y el espacio que se merece, y dar así un nuevo impulso a la difusión general de su obra. Lo que no pude imaginar es que el interés llegaría relativamente pronto, sin que nosotros hiciéramos nada para provocarlo, al mismo tiempo y desde dos apartados rincones del amplio mundo hispánico.

Francisco Magaña, de Monte Carmelo Ediciones, desde la ciudad de Comalcalco, en el estado de Tabasco, y Eduardo Ainbinder, de la revista Tupé, desde Buenos Aires, la capital de la República Argentina, me escribieron con diferencia de unas semanas para transmitirme su interés en hacer sendas ediciones, muy cuidadas, de pocos ejemplares, para los amigos entusiastas de Perse o Deniz (o de ambos poetas) entre quienes durante todos estos años el texto ha circulado, si es que lo ha hecho de algún modo, en viejas fotocopias de la revista Vuelta.


De inmediato los puse en contacto, a Chico Magaña primero y a Eduardo Ainbinder poco más tarde, con Elsa Almela, hija del poeta, para que ella autorizara la publicación de ambas ediciones. Uno de los dos tuvo la amabilidad de solicitarme un texto para acompañar el ensayo, pero yo propuse que fuera más bien el poeta David Huerta, extraordinario conocedor de Perse y de Deniz, quien se encargara de la honrosa tarea.

Ambas ediciones, afortunadamente, se beneficiarán de la compañía de ese texto, que el poeta de Incurable, viejo amigo de Juan Almela, tituló con la frase que procede de un verso de Perse utilizado por Deniz como epígrafe de su primer libro: “Viajero en el viento amarillo”.

Lo que sí pude ofrecerles, en cambio, como me apresuré a comunicar a ambos editores, son algunas imágenes de las muchas notas que redactó Almela cuando preparaba su ensayo persiano y que conservo desde que el poeta me las cedió entre otros muchos papeles. Esas imágenes, que comparto gustoso con los lectores de Siglo en la brisa el día de hoy, 14 de agosto de 2020, cuando su autor, de vivir, hubiera cumplido 86 años, son el motivo de este post; en cierto modo son también un pequeño adelanto de las dos ediciones simultáneas, la mexicana y la argentina, del nuevo libro de Gerardo Deniz.








Desde la primera vez que leí ese ensayo, pensé que no conocía un caso similar de investigación literaria con el que pudiera compararlo en México. Cuando releo ese texto siempre me recuerda que un escritor puede mostrarle a sus lectores respeto por su inteligencia y cortesía al presentarle con claridad y elegancia un conjunto de ideas que muchos otros enrevesarían hasta el agotamiento. Es una lección de cómo hacer crítica literaria, de retórica y hasta de metodología de la investigación. Por eso me desconcertó no haberlo encontrado en la edición tan cuidada de De marras. Al leer el artículo entendí que Deniz fue fiel a su talante de científico: para él ya era conocimiento superado y, como en la ciencia, el conocimiento falsado y superado sólo nos dice por dónde no seguir. Y, aunque podría estar en lo cierto, el texto prevalece por su ejemplaridad para desarrollar ideas de crítica literaria. Gran artículo e invaluables fotos.
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Muchísimas gracias por su generoso comentario. Le mando un saludo cordial.
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