La periodista Virginia Bautista tuvo a bien enviarme algunas preguntas sobre mi blog, a propósito de la publicación de Viaje alrededor de mi escritorio (Bonilla Artigas Editores, 2020). La nota apareció el pasado domingo 6 de junio, en la sección cultural del diario Excélsior. No usó mi colega todas las preguntas y respuestas, por lo que, con su anuencia, y aprovechando que el día de mañana estaremos firmando ejemplares de ese libro en la librería Bonilla, publico aquí el material completo. Gracias a ella y a quienes siguen este espacio.

Un viaje por la escritura

por Virginia Bautista

­1.- ¿Cuál fue la idea inicial de Siglo en la brisa, qué día nació y cómo fue evolucionando la iniciativa, es decir, cuáles han sido los principales cambios?

Fundé mi blog a principios de 2010, no mucho después de mi fugaz paso por la administración pública, primero como director de Tierra Adentro y después como Director General de Publicaciones de Conaculta. Mi idea era crear un cuaderno en línea donde publicar una vez por semana artículos, fotos, poemas propios y ajenos, fragmentos de mis colaboraciones en otros espacios, siempre conforme a mi deseo y en la más completa libertad. Lo bauticé con la frase “siglo en la brisa”, que proviene de un verso de Gerardo Deniz; más allá de su significado en el poema del que forma parte, el “siglo” de esa frase, me gusta pensar, se refiere a la cultura en general y con ella a todo lo que engloba, como la poesía, la historia, la filología, el cine, la arquitectura, la pintura, la fotografía, la música, la botánica… Por su parte, la “brisa” alude a internet: la manera en que toda esa cultura, con su peso de siglos, aparece suspendida en una virtualidad que aparenta ser tan sutil como el aire que sopla al lado del mar. La iniciativa se ha mantenido idéntica a lo largo de los últimos once años.

Con mi maestro y amigo Gerardo Deniz, en el Zócalo, alrededor de 1993, después de una lectura pública de un fragmento de su poema Amor y oxidente, en el Ex-Teresa. Foto: Conchita Perales.


2.- ¿De qué concepto de cultura parte el blog? Pues, como apunta Castañón, aquí han cohabitado libros, gatos, sonetos, plantas, pinturas, paisajes, arquitectura y, por supuesto, literatura?

Lo que aparece en mi blog responde a lo que traigo en la cabeza esa semana, lo que estoy viendo o leyendo, lo que ha llamado mi atención o me ha sorprendido, mi visión del lugar a donde me he transportado o lo que espero de aquel al que deseo llegar. En el sentido verdadero del término, es un “cuaderno de bitácora”, esto es, el libro “donde se apunta el rumbo, la velocidad, las maniobras y demás accidentes de navegación”, como define el diccionario, y eso aunque no siempre me mueva de mi lugar.


3.- ¿Por qué apostar por internet para difundir contenidos literarios, un espacio que en teoría no permite la lectura a profundidad?

Por la libertad absoluta que supone la red. Yo publico en mi blog lo que me interesa publicar, a la hora que quiero y en el tono en que me parece mejor, no importa si el contenido sea extenso o no, profundo o superficial. No estoy sujeto más que a mi propio albedrío. Me sirvo del concepto básico del blog, por supuesto, aunque mi interpretación de ese concepto sea flexible. Naturalmente, escojo los temas que creo que pueden interesarle a alguien más que a mí, pero no es eso lo que define lo que decido publicar. Si a alguien le interesa, bien; si no, eso no me quita el sueño.

MI escritorio, hace unos años, por los días en que emprendí la expedición por sus objetos registrada en la crónica que dio título a mi libro.


4.- Tras las 500 entregas durante estos diez años, ¿cuáles han sido los aprendizajes, las reflexiones, las conclusiones?

Siglo en la brisa ha sido un espacio de entretenimiento y una escuela para mí. Para empezar, ha sido un recreo para mis aficiones editoriales. He sido editor por mucho tiempo, desde antes de mis años universitarios, y encuentro ese trabajo, en especial si no es obligatorio y puedo hacer que rijan en él mi gusto y mis criterios, sumamente gozoso. Para los propósitos editoriales, la red es una inagotable fuente de materiales; eso sí: he sido siempre respetuoso de dar los créditos de todo lo que tomo prestado, por lo que mis entregas suelen considerar el trabajo de los demás, que intento citar con toda precisión (lo que ocurre muy poco en internet). Pero el blog ha sido también una escuela de escritura para mí. Once años después, estoy seguro, escribo con más soltura y mayor seguridad. El acto de escribir ha sido siempre placentero para mí y hacerlo todas las semanas, en una página diseñada por mí mismo, a mi gusto y conveniencia, ha supuesto la parte más feliz de mi relación con mi blog.

Imagen de una página de mi Cuaderno botánico en la que se basó Bonilla Artigas Editores para la confección de la portada de nuestro libro.


5.- ¿Qué ha significado para ti este espacio, qué te ha dado y qué te ha quitado?

Empecé dedicándole la tarde de los domingos, para publicarlo la noche de ese día, y esa actividad hizo que poco a poco se me fuera quitando esa desagradable sensación que solía acompañarme ese día, a esas horas. Luego, como mi programa de radio cambió a los lunes, empecé a publicarlo los viernes, de tal modo que conseguí que mi semana empezara los lunes con el radio y acabara los viernes con el blog. Siglo en la brisa no me ha dado más que satisfacciones, casi todas ellas de orden personal, como supongo que se espera de un trabajo que, al menos de entrada, fundamentalmente, es para uno mismo. Con el tiempo, sin para nada proponérmelo, me ha dado algo más: el libro que se publica ahora con parte de lo que más me gusta de cuanto ha aparecido en él.

Pieza del escultor Jorge Yázpik, que vive en mi escritorio desde mi regreso de España, en octubre de 2006. La historia de cómo llegó a mis manos está contada en «Viaje alrededor de mi escritorio», texto aparecido originalmente en este espacio y reproducido en el libro del mismo nombre.


6.- ¿Cuáles fueron los criterios de selección de los 36 textos que reúne “Viaje alrededor de mi escritorio”? ¿Qué temas abordan estos textos que escogiste perpetuar en papel impreso?

Pues fui echando un ojo al índice y escogiendo lo que me pareció que podía funcionar fuera de la red. Eran muchos textos, efectivamente, así que debí adoptar de entrada algunos criterios generales. El más importante fue dejar fuera todo lo relativo a Gerardo Deniz, poeta con el cual tuve gran amistad, a quien llevo larguísimos años estudiando siempre con gran admiración. Como consecuencia de ello, he recurrido una y otra vez a hablar de él, a divulgar las muchas maravillas que contiene su obra. Una vez que puse a un lado las publicaciones dedicadas a su vida y su obra, me di cuenta de que esas veinte o treinta entregas podían conformar un libro en sí mismo, aparte. El libro, en consecuencia, ya existe: se titula Superhiperbático y espero verlo publicado algún día. Por otro lado, quise que los variados temas de los que suelo ocuparme en mi blog quedaran representados en el volumen en formación. Aunque me deja satisfecho el contenido, ahora lamento haber dejado fuera una crónica que hice de las librerías de viejo de Donceles y que publiqué en mi blog con un croquis de la calle dibujado por mí mismo. Como acababa de aparecer en un hermoso libro sobre esa calle de la Ciudad de México, decidí que no era necesario incluirlo, pero es a este libro a donde pertenece.

Croquis de la calle de Donceles, con todas las librerías existentes en marzo de 2010.


7.- ¿Por qué el título, concibes al escritorio como un territorio?

Así como cuando, en los tiempos de la revista Viceversa, mandé hacer un reportaje sobre cuanto pasaba en cierta esquina de Insurgentes y entrevistamos para ello a todas las personas que vivían o trabajaban en ella, o alrededor de ella, un día se me ocurrió describir todo aquello que habita en mi escritorio y por lo tanto acompaña mis horas de trabajo. No lo que va y viene, como libros o papeles de cualquier género, sino lo que está siempre encima de él: una pequeña escultura de Yázpik, un platito de servicio de café del hotel donde mis padres pasaron la primera noche de su luna de miel, un pequeño elefante de madera, etc. Titulé ese post “Viaje alrededor de mi escritorio”, haciendo un guiño al célebre relato de Xavier de Maistre. Cuando reuní los textos para el libro, una vez que Adolfo Castañón y Juan Luis Bonilla me invitaron a entregarlo, pensé que era un buen nombre para la reunión del conjunto de los textos: el libro hacía el relato de mi viaje por los temas de mis intereses, y finalmente ese viaje había sido realizado, ya que era un viaje de escritura, en mi escritorio. “Escritorio” es también, en sentido metafórico, como llamamos a la pantalla de nuestra computadora, y la mayoría lo que terminó formando parte de mi libro fue pensado para ser leído en ella.



8.- ¿Qué planeas para la segunda década de “Siglo en la brisa”, qué hace falta?

Por alguna razón que nunca quedó clara, Facebook prohibió la publicación del enlace que llevaba a la entrega semanal de mi página en Blogspot, por lo que tuve que cambiar de alojamiento. Un día me mudé a Word Press, lugar que ofrece, por cierto, mayores recursos y posibilidades editoriales. Me siento bien con el espacio como está y por lo tanto no tengo intenciones de hacer ningún cambio. La preparación de las entregas semanales de Siglo en la brisa, que estos días dedico a Ramón López Velarde, de quien estoy a punto de publicar un nuevo libro, sigue siendo una de mis actividades semanales preferidas, así que pienso seguir como lo he hecho hasta ahora.

Foto: Jonathan López Romo

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