
Con suspicacia comprensible, mis amigos, en cuanto los pongo al tanto de la reciente salida de imprenta de la tercera edición de Oriundos, me preguntan si no querré decir más bien que lo que acaba de aparecer es la segunda reimpresión de mi libro. Les cuento que cada una de las tres ediciones, la que se publicó en México a finales de 2018, la que vio la luz en Asturias a mediados de 2019 y la que acaban de traerme de la imprenta, tienen diferencias suficientes como para tener derecho a ser descritas como diferentes entre sí.

Para cualquier editor es un raro privilegio volver a hacer un mismo libro y de ese modo tener la oportunidad de corregir errores y erratas, que nunca faltan, y de perfeccionar, en suma, una edición –sobre todo después de la prueba de fuego de la experiencia de quienes lo leen–. ¿Cuáles son los cambios de la tercera y más reciente de las tres ediciones de Oriundos? Dos son los más importantes (además, quiero decir, de alguna cosa menuda y sin mayor relevancia): el primero, muy importante para los editores del libro, la inclusión del logo de Cataria en el lomo del libro.

El texto del libro estuvo listo mucho antes de la fundación de la editorial; por eso, cuando Cataria fue creada con la intención de lanzar ese título, no se dispuso del tiempo lento, imprescindible para las actividades creativas, para inventar un logo satisfactorio que le sirviera de emblema (tiempo que tampoco tuvieron los editores un año más tarde, a la entrada de la imprenta en Oviedo). Fue recientemente que la “t” larga de Cataria se encontró con el punto de la “i”, para terminar configurando, en el estudio de Lola García Zapico, el emblema del joven sello especializado en literatura.

El segundo: la reproducción del árbol genealógico de los personajes al reverso de la postal que reproduce la foto del maestro y los niños de la escuelina, tal como apareció en la segunda edición de Oriundos, la que fue hecha en Asturias. Los lectores tendrán ahora, además de la foto que sirve de columna vertebral de las historias del libro (porque en ella aparecen muchos de los personajes que se mueven en sus páginas), un esquema que les permitirá situarse en el cambiante oleaje de tiempo que los conduce, una y otra vez, de un lado y del otro del Océano.


Nos habíamos quedado sin ejemplares del libro en México. He aquí unas imágenes de la nueva edición, la tercera, la cual está ya distribuyéndose junto a Las hojas, de David Huerta, el flamante segundo título de Cataria.

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Una página no incluida en Oriundos.

Libro delicioso. Debería ser de obligada lectura en los colegios, por lo menos en los de Asturias.
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